lunes, 21 de septiembre de 2009

Bioética: Eutanasia en Sydney


Christian Rossiter era un corredor bursátil australiano, aficionado a los deportes de aventura, cuando en el año 2004 sufrió un accidente de tránsito, que le produjo fractura de columna vertebral. Cuatro años después quedó en estado tetrapléjico tras sufrir otra caída en su casa.




Así, totalmente paralizado, el paciente solicitó hasta en 40 ocasiones sin éxito a la clínica que dejaran de alimentarlo a través de una sonda, única forma tratar su nutrición, propio en este tipo de parálisis. Es por ello, que inició una intensa batalla legal, para permitirle rechazar todo tratamiento y alimentación, y permitirle morir, un hecho que en términos médicos es considerado como Eutanasia.


Postrado en una cama de un centro médico para la tercera edad en Perth, al Oeste de Australia, Rossiter esperaba con ansias los resultados legales para su muerte, más que los resultados médicos que le permitan seguir viviendo. “Es un infierno de vida”, manifestó a través de un tubo de traqueotomía durante los alegatos en el tribunal. “Soy Christian Rossiter y quisiera morir. Estoy prisionero en mi propio cuerpo. No puedo moverme y no tengo miedo a la muerte, sólo dolor, sólo temo al dolor”, concluyó.


El 14 de agosto del presente año, Wayne Martin, un juez del Tribunal Supremo del estado de Australia Occidental, en un veredicto considerado en la historia de este país como histórico, dictaminó que Rossiter tenía el derecho a decidir sus propios tratamientos y atención médica; y por lo tanto, derecho a rechazar ser alimentado, liberando a la Clínica Brighwater Care de cualquier responsabilidad criminal de someterse a la voluntad del paciente.


Durante esta última semana, a Rossiter se le agregó una infección pulmonar, y con la herramienta legal de no recibir tratamiento, esperaba fallecer debido a las complicaciones de dicha infección.
Christian falleció la madrugada de este lunes 21 de setiembre, poniendo fin a una existencia que él mismo calificó de “infierno en vida”.


Según opiniones de organizaciones contra la Eutanasia, manifiestan que las personas en este estado suelen encontrarse en un estado depresivo, por lo que deberían recibir tratamiento psicológico, para contrarrestar este terrible estado de querer terminar con su vida.


Para muchos especialistas en Bioética, la Eutanasia es el derecho a morir dignamente, procurar la muerte sin dolor ante quienes sufren, como fue el caso del tetrapléjico australiano; y esta decisión de los tribunales de ese país, marcan un hito judicial en el mundo, ya que aún estas decisiones son motivo de controversia.


En el caso de Christian Rossiter, el magistrado, al momento que emitió la sentencia, le negó el derecho de suicidio asistido, prohibido en ese país, por considerar que no se trataba de un caso de eutanasia, sino de concederle el derecho a dirigir y rechazar su tratamiento médico, siempre con el conocimiento de las consecuencias.


Edición de Momento Cultural. Información de AFP y ABC. Imagen de Internet.
Video relacionado: AP (publicado en El Comercio).


1 comentario:

  1. La vida se compone de momentos felices, cuando estas solo o triste no te sientes vivo, así que si uno vive torturado todos los días por una impotencia funcional extrema tiene todo el derecho de decidir terminarla y terminar con su propia vida.
    Saludos

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