martes, 22 de septiembre de 2009

ER: el comienzo del fin (Temporada Final)


Esta semana se transmite el capítulo 16: “The Beginning of the End”, de la exitosa serie de televisión ER (Sala de Emergencias), marcando el retorno del Dr. John Carter (Noah Wyle) al Hospital County de Chicago, durante los últimos 7 capítulos restantes de temporada 15.


Así es, ER, la serie con más nominaciones al Emmy en la historia de la televisión, está transmitiendo en el canal WB su temporada final para Latinoamérica (subtitulada), ya lo hizo para los Estados Unidos hace unos meses atrás (por la cadena NBC).


Para esta última temporada, se anunció el retorno de actores originales que actuaron en los primeros capítulos de la serie, personajes que el público no ha podido olvidar, como el Dr. Mark Greene (Anthony Edwards) o el Dr. Robert Romano (Paul McCrane), que regresan a actuar en esta temporada en el capítulo 7: “Heal Thyself” donde se les rememora a través de un Flashback, pero con actuaciones actuales. Cabe recordar que Greene murió de un tumor cerebral al final de la octava temporada (2002) y Romano muere aplastado por un helicóptero (ya antes había perdido un brazo por otro helicóptero) a mediados de la décima temporada (2004).


Antes de esta temporada final, así como en el inicio de esta, se definen los papeles de sus anteriores personajes, como la invalidez de Ray Barnett, la muerte de Greg  Pratt, la ida de Luka Kovac, la despedida de Abby Lockhart o el ingreso de la actirz Angela Basett, para personificar a la estricta Dra. Cate Banfield.


Desde el Capítulo “The Beginning of the End”, se inicia la cuenta regresiva con escenas sobre la vidas de los personajes que se retiraron, desde el retorno de John Carter al County, para tratarse una enfermedad que padece, en donde regresa su célebre mentor, el Dr. Peter Benton (Eriq La Salle), quien juega un papel fundamental en su tratamiento, junto a la Dra. Elizabeth Corday (Alex Kingston), la Dra. Susan Lewis (Sherry Stringfield) y la Dra. Kerry Weaver (Laura Innes). Sí, quien no recuerda a todo ellos.


La mayor atracción será sin duda el retorno a la serie del famoso pediatra Dr. Doug Ross (George Clooney) al lado de su inseparable compañera de vida, enfermera Carol Hathaway (Julianna Margulies), en el capítulo 19: “Old Times”, donde, sin querer, juegan el papel fundamental respecto a la enfermedad de Carter. Participa en este capítulo la actriz Susan Sarandon.



Para muchos, volver a ver a estos personajes significa revivir recuerdos de esta serie, momentos grabados en los corazones de millones de seguidores en el mundo. Después de 14 años, llegan momentos decisivos, una historia que llega a última temporada.


En fin, son 15 temporadas de duración, transcurridos los estos últimos 15 años. Muchos de nosotros, al ver los capítulos iniciales de ER, en el año 1994, nos encontrábamos recién en los primeros años de medicina; o, como en mi caso, nos ilusionaba la idea de ser médicos, al ver las escenas originales, y luego nos volvimos doctores. ER, es la serie que nos marcó la historia profesional e incluso de tratar pacientes, para quienes va dedicado este post. Quedan sólo 7 capítulos… disfrutémoslo.


Edición de Momento Cultural. Imágenes de Internet.
Videos Relacionados: ER Retrospective

lunes, 21 de septiembre de 2009

Bioética: Eutanasia en Sydney


Christian Rossiter era un corredor bursátil australiano, aficionado a los deportes de aventura, cuando en el año 2004 sufrió un accidente de tránsito, que le produjo fractura de columna vertebral. Cuatro años después quedó en estado tetrapléjico tras sufrir otra caída en su casa.




Así, totalmente paralizado, el paciente solicitó hasta en 40 ocasiones sin éxito a la clínica que dejaran de alimentarlo a través de una sonda, única forma tratar su nutrición, propio en este tipo de parálisis. Es por ello, que inició una intensa batalla legal, para permitirle rechazar todo tratamiento y alimentación, y permitirle morir, un hecho que en términos médicos es considerado como Eutanasia.


Postrado en una cama de un centro médico para la tercera edad en Perth, al Oeste de Australia, Rossiter esperaba con ansias los resultados legales para su muerte, más que los resultados médicos que le permitan seguir viviendo. “Es un infierno de vida”, manifestó a través de un tubo de traqueotomía durante los alegatos en el tribunal. “Soy Christian Rossiter y quisiera morir. Estoy prisionero en mi propio cuerpo. No puedo moverme y no tengo miedo a la muerte, sólo dolor, sólo temo al dolor”, concluyó.


El 14 de agosto del presente año, Wayne Martin, un juez del Tribunal Supremo del estado de Australia Occidental, en un veredicto considerado en la historia de este país como histórico, dictaminó que Rossiter tenía el derecho a decidir sus propios tratamientos y atención médica; y por lo tanto, derecho a rechazar ser alimentado, liberando a la Clínica Brighwater Care de cualquier responsabilidad criminal de someterse a la voluntad del paciente.


Durante esta última semana, a Rossiter se le agregó una infección pulmonar, y con la herramienta legal de no recibir tratamiento, esperaba fallecer debido a las complicaciones de dicha infección.
Christian falleció la madrugada de este lunes 21 de setiembre, poniendo fin a una existencia que él mismo calificó de “infierno en vida”.


Según opiniones de organizaciones contra la Eutanasia, manifiestan que las personas en este estado suelen encontrarse en un estado depresivo, por lo que deberían recibir tratamiento psicológico, para contrarrestar este terrible estado de querer terminar con su vida.


Para muchos especialistas en Bioética, la Eutanasia es el derecho a morir dignamente, procurar la muerte sin dolor ante quienes sufren, como fue el caso del tetrapléjico australiano; y esta decisión de los tribunales de ese país, marcan un hito judicial en el mundo, ya que aún estas decisiones son motivo de controversia.


En el caso de Christian Rossiter, el magistrado, al momento que emitió la sentencia, le negó el derecho de suicidio asistido, prohibido en ese país, por considerar que no se trataba de un caso de eutanasia, sino de concederle el derecho a dirigir y rechazar su tratamiento médico, siempre con el conocimiento de las consecuencias.


Edición de Momento Cultural. Información de AFP y ABC. Imagen de Internet.
Video relacionado: AP (publicado en El Comercio).


miércoles, 16 de septiembre de 2009

Plácido Momento




La Música Clásica tiene un espacio muy significativo dentro del ambiente académico, pues no sólo guarda relación con la cultura mundial, sino que algunos de sus exponentes más laureados son también filántropos al servicio de la humanidad. Ello, debe ser siempre reconocido.
La vida de Plácido Domingo Embil, considerado por la crítica internacional como el mejor tenor del mundo, es prueba fehaciente de ello. Ha recibido múltiples distinciones como artista, entre las que se encuentran el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1991, 2 premios Emmy y 7 premios Grammy. También reconocimientos a su vida y a su obra social, como la Orden del Imperio Británico, la Orden del Aguila Azteca en México, la Medalla Presidencial de la Libertad de los Estados Unidos; así como 10 Doctorados honoris causa en instituciones tan renombradas como la Universidad de Georgetown, la Universidad Complutense de Madrid o la Universidad de Oxford.
El lunes 7 de setiembre, fue condecorado por la Universidad de San Martín de Porres con el título de Doctor Honoris Causa. Dicha distinción obedeció no sólo a su reconocimiento como artista, sino a su labor por el bienestar del prójimo, resaltando su labor en las tareas de rescate en el terremoto de México en el año 1985, donde encausó presentaciones por un año a favor de los damnificados.
Plácido agradeció al auditorio por la distinción, y entre sus palabras denotaba un ser demasiado sencillo y lleno de profundo agradecimiento, actitudes que resaltan en este gran ser humano. Entre los festejos, aprovechó para celebrar con nuestro no menos famoso Pisco Sour, el cual no soltó, incluso cuando se acercó al Grupo de la Tuna de la Facultad de Medicina para animarse a cantar parte de melodiosa Rondalla: “…abre el balcón y el corazón, siempre que pase la ronda...” se le escuchó cantar al tenor.
Cabe resaltar que previamente, Domingo recibió la medalla al Mérito de la Municipalidad de Lima.
La noche del miércoles 9 del noveno mes, casualmente a las 9 de la noche dio inicio a un Momento realmente Plácido para quienes tuvimos la oportunidad de escuchar su concierto, ante más de 15 mil personas. Inició el primer acto con música lírica, de autores como Berlioz, Wagner, Massenet, acompañado de la Soprano puertorriqueña Ana María Martínez y por la batuta de Eugene Kohn, ante al marco de la Orquesta Sinfónica Nacional.



En este concierto, el Gobierno le otorgó a Plácido Domingo la Orden El Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz, último reconocimiento recibido en su reciente visita a nuestro país.
Para el segundo acto, el intérprete nos deleitó con romanzas y canciones de zarzuela , guadando para el final, lo mejor de la música iberoamericana, como “El día que me quieras”, “Bésame mucho”, “Granada” y las peruanas “La flor de la canela” y “el cóndor pasa”, terminando su presentación con la presencia de mariachis y su conocida interpretación “Ella”, finalizando con “El Rey”. Más, no podíamos pedir, qué Momento…



Edición de Momento Cultural. Imágenes de USMP y El Comercio.
Video de distinción Honoris causa: RPP